José Carlos Lozano Rivera Río / Vale al Paraíso

Aquella fría mañana, del miércoles 3 de enero, presagiaba la repartición de las candidaturas del PRI Aguascalientes al Congreso de la Unión, con la visita al Jardín de San Marcos del precandidato a la Presidencia de la Republica, José Antonio Meade Kuribreña.

Rodeaban al personaje, como si formaran parte de un impresionante aparato de seguridad, más de 260 años de existencia terrenal, con cargo al exgobernador José Carlos Lozano de la Torre; a la candidata perdedora al gobierno de Aguascalientes, Lorena Martínez Rodríguez; al histórico Augusto Gómez Villanueva; y a Blanca Rivera Río, la esposa de Lozano de la Torre.

El operativo quedó registrado en las fotografías del recorrido, donde las marchitas flores alternaban con las marchitas cartas de presentación del priista adoptado para ofrecer al electorado un rostro nuevo con prehispánicos actores.

Solo un ciego y otros ilusos —Goyo Zamarripa Delgado, por ejemplo—, no pudieron ver que la herencia del muerto estaba destinada para los dueños de las derrotas del PRI en Aguascalientes, representados por su cachorro José Carlos Lozano Rivera Río.

Al amparo de su padre, el entonces gobernador, José Carlos se erigió en el operador financiero, en el poder tras el trono, al igual que otros familiares consanguíneos, como fue el destacado caso de Alejandro Díaz Lozano, su primo hermano, nombrado subsecretario de Finanzas del gobierno estatal, pero titular de la dependencia por ministerio de ley.

En el confesionario, donde todo se musita en voz baja, varios candidatos a alcaldes y diputados (locales y federales) del PRI, expresaron que de Lozano Rivera Río recibieron en el despacho de Plaza Torre Bosques las cuantiosas aportaciones —nada parecidas a las limosnitas dejadas en el templo—, para sus respectivas campañas.

El incipiente desarrollo político del muchacho, el Príncipe, no ha estado exento de algunas frustradas aspiraciones; su padre, el Monarca, lo propuso fallidamente ante el Comité Ejecutivo Nacional tricolor para ser candidato a diputado federal plurinominal, hace tres años, pero la petición fue rechazada, el jefe priista local se negó a presentar otra propuesta y el PRI Aguascalientes se quedó sin esa posición, por el berrinche de ya saben quién.

Aunque, en su descargo, debe reconocerse que el ahora precandidato a diputado federal por el Distrito 02, tiene relucientes fortalezas, visión para los negocios y pasión para las compritas inmobiliarias.

El 15 de septiembre de 2017, el reportero Gilberto Valadez publicó en El Clarinete, un extenso, fundado y riguroso trabajo de investigación periodística que tituló Los hijos de CLT y sus propiedades millonarias (según los datos obtenidos en el Registro Público de la Propiedad), para demostrar que la cuenta de ahorros en el banco, el cochinito de barro y la esférica alcancía de las dos juveniles damas y José Carlos, entregan buenos dividendos cuando las disciplinadas monedas ingresan por la ranura desde el primer día de nacidos.

Mire usted la esencia del reportaje que hasta la fecha no ha sido desmentida:

En menos de diez años, los tres hijos del ex gobernador priista Carlos Lozano de la Torre acumularon diversas propiedades como terrenos, departamentos y un rancho cuyo valor comercial acumulado supera los 14 millones de pesos.

Desde un departamento en el exclusivo conjunto habitacional de las torres Terzetto, pasando por propiedades como una casa en el fraccionamiento Los Bosques o un predio con más de 100 hectáreas en el municipio de San José de Gracia.

La última adquisición corrió  a cargo de José Carlos Lozano Rivera Río, quien se hizo un terreno de 98 hectáreas aledaño al rancho La Campana, propiedad de su padre y valuado en más de cuatro millones. Sólo que el predio le fue
oficialmente “donado”
.

Hace diez años, en 2007, José Carlos, el mayor de la dinastía, tenía 25 años de edad, o menos, y fungía como jefe de Proyectos de la empresa Gruma. Estaba recién titulado de la licenciatura en Administración Financiera por el Tec de Monterrey.

Ingreso al servicio público, por primera ocasión, de abril de 2011 a julio de 2014. Trabajó de “asesor” en la Cámara de Senadores, en la SHCP y en la Sedesol. En esta última dependencia federal su función principal fue la “administración del marco normativo en materia de transparencia”, aunque su opacidad le delata por los cuatro costados, al no aceptar la exhibición de sus datos patrimoniales, ni estar de acuerdo en hacer público su posible conflicto, informa la PGR; tampoco presentó la declaración 3 de 3.

De julio de 2014 a febrero de 2017 no se cuenta con registro público laboral.

En marzo del año pasado fue nombrado director general de Investigación. Le reporta al coordinador general de Investigación, dependiente de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delitos Federales de la PGR, a cargo, casualmente, de Felipe Muñoz Vázquez, procurador general de Justicia en el sexenio de su padre.

José Carlos junior percibe al año un millón 466 mil pesos, más aguinaldo y vacaciones, y diversos seguros: el institucional, el colectivo de retiro, el de gastos médicos mayores y el de separación individualizada, según la declaración inicial presentada ante la PGR, el 29 de abril de 2017, y mostrada al final de este texto.

¿Con qué cara irá el candidato Lozano Rivera Río a pedirles el voto de las y los habitantes de residencial Los Pericos, cuando una empleada doméstica se desplaza del fregado oriente de la ciudad al fraccionamiento Campestre, para ganar anualmente 70 mil pesos?

La imposición de esta candidatura fue anunciada sin rubor por el propio ex gobernador Lozano de la Torre, al compartir su “agradecimiento a la dirigencia nacional que haya sido quien decidió que pudiera él jugar esta posición y le deseo mucha suerte (…) (Enrique) Ochoa (Reza) le habló ayer, me habló a mí, y me dijo que adelante y que ya se había aceptado que José Carlos participara” (Metropolitano, 29/01/2018).

José Carlos, producto de la monarquía electoral o de la sinfonía dinástica, será destruido por el devastador ciclón, llamado Toño Martín del Campo, que pegará en el territorio del Distrito Electoral Federal 02; el recuento de los daños se contabilizará en la noche del domingo 1 de julio.

Porque alguien debe de escribirlo: La calidad personal, incuestionable honradez y dilatada trayectoria profesional se impuso, Jesús Ortega Figueroa será el próximo Fiscal General del Estado.

Estudió la licenciatura en derecho en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, donde obtuvo, además, el grado de maestro en Derecho con Especialidad en Derecho Penal.

Le acreditan 20 años de servicio a la comunidad en la Judicatura de Aguascalientes, como juez penal. Actualmente se desempeña como juez de oralidad en el nuevo Sistema de Justicia Penal.

El nefasto Víctor Hugo Mercader Jurado, al igual que su padrino, el inútil diputado del PRD, Iván Sánchez Nájera, están en la lona, noqueados.

(El jueves nos volvemos a encontrar).

Coda: Hoy es el aniversario luctuoso número ocho de mi hermano Gustavo. Le recuerdo como el luminoso guía y el mejor ejemplo.

marigra1954@gmail.com